El excampeón sudamericano de boxeo, Fabricio Miguel Bea publicó un descargo en sus redes sociales, en el cual pide trabajo y afirma que se cansó de las promesas deportivas recibidas.
El pugilista oriundo de Villa Mercedes (San Luis) se mantiene invicto como profesional, con 21 peleas realizadas, de las cuales empató una (ante Jonathan Joel Arena) y ganó 20, con 18 definiciones por nocaut. Viene de imponerse por puntos en decisión mayoritaria en su última presentación a César Ignacio Paredes, en Villa Carlos Paz, en velada organizada por la promotora "Arano Box".
En una publicación en Facebook y a corazón abierto, el "Turbo" Bea, catalogado como "el boxeador más prometedor del país en su categoría", escribió lo siguiente: "No estaba en mí, porque tampoco va con mi persona descargarme públicamente, nunca hablé mal ni dije nada, pero me cansé... Hace mucho tiempo que vengo dedicándole gran parte de mi tiempo y de mi vida a un deporte que me apasiona, apostando siempre a que este deporte nos saque adelante junto a mi familia. Siempre tuve la visión a futuro que, con el boxeo, le iba a poder dar una buena vida a mi familia, Me esforcé muchísimo de hecho lo hago hasta el día de hoy, pero ¿A qué costo?.
Lo único que recibo son propuestas que a largo plazo nunca llegan a concretarse como me lo pintan, 'Fabri, vos el día de mañana vas a poder hacer todo esto', y yo, ilusionado, porque como dije al principio con esto quiero darle una buena vida a mi familia. Voy, entreno con el corazón, hago caso a todo absolutamente todo lo que me dicen y cuando llega el momento de que tiene que pasar todo lo bueno, hay algo que pincha ese globo de ilusiones. ¿Serán mentiras, engaños, alguien termina lucrando de este esfuerzo me pregunto? Y si seguramente, pero ya me cansé".
Dice que si compra vitaminas, sus hijos no comen
Seguidamente, Bea -enrolado a la promotora juninense de producciones boxísticas-, manifiesta en su posteo: "El único ingreso que tengo en mi casa se debe a estar adherido a un Monotributo, del cual del ingreso bruto me descuentan una serie de cosas que me queda para vivir un básico de $ 80.000. Somos cuatro bocas para comer, vestirse, y si hacen falta, remedios, Y bueno, ahí arreglarnos cómo Dios nos ayude. Ni hablar de las vitaminas que necesito, porque si las compro, mis hijos no comen.
Es una burla cada propuesta, cada mentira que me he creído, todo el esfuerzo para salir adelante y sigo en el mismo lugar, estancado. Así que llegué al límite y por favor, el que sepa de algún laburo, me avisa. Tengo horario disponible, ya no le doy de comer a nadie más de mi sudor, porque los demás comen y yo me cago de hambre.
Espero este balde de agua fría no le caiga mal a nadie", finaliza Fabricio Bea.
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